UNA TOPOGRAFÍA DE MEDINACELI, Jaume Vidal Oliveras Con todas las matizaciones necesarias, el significado de la villa de Medinaceli se me antoja próximo al que tuvieron Sitges o Cadaqués en su momento. Estas dos localidades mediterráneas han aglutinado una comunidad de artistas, han sido el escenario de una intensa actividad cultural y se han transformado en un punto de referencia para todo aquello que esté relacionado con el arte. Y sin embargo es difícil explicar su porqué. Claro que existen explicaciones; el imaginario de Sitges y Cadaqués era algo así como un paraíso virgen, no contaminado. Ambas poblaciones, poseían además una rica tradición artística... Más aún, se diría que Sitges y Cadaqués son una creación de artistas. Entre otros, pero especialmente, Santiago Rusiñol y Salvador Dalí le atribuyeron un contenido y un mensaje. La obra de estos artistas se confunde con la localidad y sin la cual, aquella no tendría sentido. Sitges-Rusiñol, Cadaqués-Dali, magnetismo mutuo entre población y artista, se manifiestan como un viaje de ida y vuelta entre ambos. Así Sitges y Cadaqués, así Medinaceli. ¿Porqué? Medinaceli se califica como una localidad pintoresca. Cierto, pero de la misma manera que en Sitges o Cadaqués, hay algo más. Y este algo más es lo que interesa señalar. Evocada directa o indirectamente por poetas como Gerardo Diego, Ezra Pound, o por el profesor Ignacio Gómez de Liaño, Medinaceli es un centro de energía. ¿Es necesario que recuerde que la galería Arco Romano se localiza justo al lado de un arco de triunfo romano de manera que de ahí proviene su nombre? Y los ritos del toro jubilo, en que un toro con las astas con fuego enloquece de desesperación mientras los jóvenes lo torean y lo burlan en una fría noche de noviembre... ¿acaso no hay algo de inexplicable, brutal en esta tradición ancestral y única en Castilla y que se realiza en la plaza mayor de Medinaceli?... Todo esto nos lleva a algo muy oscuro y que sin embargo esta ahí. Al decir centro de energía quiero decir un humus o sedimentos sobrepuestos de la misma manera que se han sobrepuesto diversas civilizaciones en Medinaceli. Miguel de Unamuno, José Ortega y Gasset en el pasado; Juan Giralt, Ignacio Gómez de Liaño, Reiner Schiestl entre muchos otros han frecuentado o se han instalado temporalmente en la villa. Desde siempre Medinaceli ha ejercido una especial fascinación. Pero uno de los elementos que ha contribuido a dar forma a esta energía es la galería Arco Romano. Una galería que se expresa como un cenáculo, un espacio aglutinador de encuentros, tertulias y artistas. Ejerce una fuerza centrífuga y centrípeta en el entorno. José Arense explica humildemente el origen de su galería como una alternativa posibilista y por demás totalmente espontánea; de cómo a raíz de los concursos de pintura rápida de la villa se iniciaron las exposiciones en el mesón y como poco a poco estas adquirieron cada vez más importancia hasta necesitar un espacio autónomo y una dinámica propia. Hay sin embargo en su historia vital y personal una dimensión simbólica a la que quiero aludir. El pintor Joan Ponç habla del crítico de arte como un arqueólogo o minero a la búsqueda del sentido, siempre oculto bajo la superficie de las cosas. Yo veo a José Arense muy próximo a esta imagen de Joan Ponç aunque en otro sentido bien distinto. El mismo José Arense es topógrafo de formación y ha ejercido como tal. En este sentido, el topógrafo es quien, familiarizado con el territorio, define las particularidades de la geografía. La galería de José Arense es como una representación topográfico, una representación en superficie de la tensión que contiene el cerro de Medinaceli. Con motivo de su 25 aniversario, la exposición que ahora se presenta forma parte de un ciclo de colectivas dedicado a artistas que se han vinculado a la galería desde su fundación. Los artistas que participan son Silvina Benguria, Mª José Bró, Mª José Casado Romero, Marie Catherine, Modest Cuixart, Sara Giménez, Manuel Manzano-Monis, Guerrero Medina, Brigitte Szenczi- Juan Antonio Mañas, M.C. Toyes-Guilmoto. Se trata de un conjunto de artistas muy diversos. Yo diría que lo que los aglutina es una idea de arte, la idea de José Arense. Las trayectorias de las galerías son necesariamente eclécticas, y más aún cuando se trata de un proceso tan dilatado como el de la galería Arco Romano. Una galería esta abierta a las coyunturas, a las relaciones, a las oportunidades y sin embargo la galería Arco Romano posee una manera de entender el arte: el arte como la experiencia de lo profundo. Me parece que esta es la idea de José Arense en su batalla y proyecto personal. En todo caso entre la fascinación por la pintura y el arte por un lado y la llamada telúrica de Medinaceli por otro, no hay diferencia, es la misma cosa.
Jaume Vidal Oliveras |