LOLA DEL CASTILLO SALVAR AL CÍCLOPE Elena Soto Miércoles 26 de mayo, 8:40 a.m. Café en mano me asomo y percibo que otra vez el gris se ha instalado en Guamasa. Esto es Londres: pienso; y llueve, luego existo. Por aquí todo es insistencia, de la lluvia, claro. Puede que hasta me convenza y logre que tome una taza de té. Pero no. Que con sólo un café ya es bastante y ambos son invenciones que llevan el aderezo de la charla, de lo contrario, ¿por qué el repiqueteo de mi cucharilla? Ahora mismo me siento como un Disney animando objetos, preciosos candelabros y platos, vajillas enteras bailando a lo Broadway, y su juego de la ilusión en competencia con la realidad. Los pajaritos cantan, ¿las nubes se levantan? Y en el camino que va de la taza a la azucarera, se me cruzan Lola mi vecina, la del Castillo, y su desvelo de hacer pasar la luz por cualquier rendija arquitectónica que se deje seducir. Por las ventanas. Una pintura hecha de ventanas. Ventana contra ventana. Y luz. Tal vez este sea el más nítido fenotipo que suscite su pintura. En el juego seductor de las apariencias, de la luz contaminante, de la ventana y su penetrabilidad. 9:09 a.m. Hojeo un suplemento dominical y me topo con Edward Hooper y su más reciente retrospectiva en la moderna Tate de Londres. Sus estancias soleadas, sus cajas luminosas. También sus figuras sólidas y solas de la tanta desnudez bajo una luz que construye y ciega; Hooper y la arquitectura como escenario de la soledad. Muy cinematográfico. Y anoto en este cuaderno de campo: las figuras de Hooper están en el escenario; las de Lola lo atraviesan y se mueven entrecruzándose como los hilos en un tejido cualquiera, a distintos niveles, registrando la actividad; pero no puedo ver la tela, el punto de confluencia de todas las líneas que sus pasos encierran. Se siente un ojo exterior a la pintura, que en cámara subjetiva, la registra. Y veo a Lola una y otra vez cambiar la lente, el angular. 10:13 a.m. 'Todo es como es, y sin embargo es distinto de como se nos aparece', tal fue la frase lapidaria que en su empeño artístico, formulara el nuevo realismo americano en palabras de Howard Kanowitz y si no que lo atestigüe su Ventana de estudio abierta, un liquitex-polímero y acrílico sobre lienzo que se extiende por una superficie de 136 x 94 centímetros. Casi en cuadrícula. Nota de campo: sobre su profundidad no se aportan medidas, están en la pintura. Tampoco se certificaron con anterioridad, ni en pie de imagen alguno, para René Magritte. En este caso no había. En su enfrentamiento con la pintura, rompe su transparencia, la convierte en fragmento e ironiza: es su juego con el juego de ilusiones. Romper el cristal. De la ventana Cfr. Facundo Tomás, Escrito, pintado (Dialéctíca entre escritura e imágenes en la conformación del pensamiento europeo), Madrid, Visor, 1998. El empleo del recurso de la ventana¹, como símbolo por antonomasia de la pintura, es clave en esta obra y otras posteriores del mismo autor., o el marco de la pintura, que es lo mismo aunque no se diga igual. Otra nota para mi cuaderno: Lola sabe de todas estas paradojas de la representación. Y cuando pretende desmontar, mediante evidencias visuales el ilusionismo pictórico, elige por motivo espacios constructivos, interiores que por su especificidad muy bien pueden asumirse como interiores yuxtapuestos, espacios contiguos al paisaje urbano: estaciones de metro, aeropuertos, lugares de paso donde marcar la fugacidad que está presente en cierta tierra de nadie, esos espacios tópicamente comunes y que en el caso de la pintura representacional, reservan a la figura, en más de una ocasión, el rol de fantasmas. Sombra es la ausencia, como afirma cierta canción. 11:10 a.m. Una pintura viene a ser ahora más famosa, o sea, divulgada: La joven de la perla, de Vemeer de Delft, por la gracia del libro y el cine. Vermeer, que nos enseñó a mirar lo que una ventana luminosa muestra de puertas adentro. La invención de la luz y su liquidez. Las figuras de Vermeer en su pecera, figuras que cobran realidad por la gracia de la luz y la sombra, infinitas. Observo ahora: las figuras de Lola son como los peces, sordos a instancias del agua, cercanas por el cristal y alejadas en su transparente medio. Resbaladizas, a fuerza de la luz. En tanto me siguen atrapando, en primer plano, los reflejos de una fuente que está en el exterior y que aquí se transmuta en forma geométrico, en manchas, tiñendo la superficie de los suelos, de la pintura, decorándola. Mediodía. Tropiezo con una silla y está aquí de nuevo Lola mi vecina, la del Castillo en Guamasa. Este lienzo es tan amarillo (amarillo de luz y no como la luz) que no abro la ventana. Ella ocupa el gran fondo de esta composición donde habita en primera persona, el espacio: contrahecho. Como si la tela fuera, tablao de contradicciones. En sutil quiebro, la pintura gira y parece desviar súbitamente el rumbo al que la mirada lleva: del marco de la pintura al fondo y asomarse a su ventana y vuelta hacia la superficie, hacia el marco, adelantando un pie sobre las nítidas y cercanas baldosas; un pie y otro, adentro-afuera, entrada y salida, el juego y la seducción en el cuadro, en el intento de desmentir su sometimiento al marco. Más notas: estos interiores urbanos ponen en entredicho la propia estructura de la ilusión, a la propia perspectiva. Y mediante este artificio mi vecina, la del Castillo, subraya la ironía que yace en la transparencia perfecta de sus cristales para establecer una paradoja contundente entre profundidad y superficie, linealidad y materia, el problema por antonomasia de la pintura entendida como ventana. Sólo me quedan a esta hora las sillas en sí, las que pinta Lola. Sillas como aquella otra, la de van Gogh en su estudio, pero multiplicadas. Sillas desnudas. Sillas y no un caballo de Troya para salvar a la pintura. Objetos libres de la búsqueda de sentido (que es la muerte de las cosas mismas, de su realidad). Una silla para salvar al cíclope y descansar: de la razón, de la excepcionalidad y del ingenio de Ulises. De la trampa visual y mortal de la ilusión, de la represión de lo sensible y del goce (de nuevo Lyotard). Salvar al cíclope y a la pintura del universo de los significados transparentes, colocados en otra parte, fuera de la superficie de la pintura, de su materia significante donde se resume la significación toda. Sillas desafiando, tomando por asalto y desterrando a la bola de cristal que nos da a contemplar; desgarrando el vestido y haciéndose pintura: que es el destello de la piel entre dos bordes el que seduce (la verdad que limpiamente se desnuda, como señala Roland Barthes² Véase Roland Barthes, Le plaísir du texte (El placer del texto), Paris, Editións du Seuil, 1973. , es burdo porno). En la intermitencia de la palabra, de la piel del cuerpo humano o del de la pintura, está la erótica. Entre dos polos, en su compás de espera, Lola del Castillo, seduce. Y sabe cómo salvar las distancias, en la fuerza del ojo, que ve. ¹ Cfr. FacundoTomás, Escrito, pintado (Dialéctica entre escritura e imágenes en la conformación del pensamiento europeo), Madrid, Visor, 1998. El empleo del recurso de la ventana, como símbolo por antonomasia de la pintura, es clave en esta obra y otras posteriores del mismo autor. ² Roland Barthes, Le plaisir du texte (El placer del texto), Paris, Editións du Seuil, 1973.
© Texto: Elena Soto.
Lola del Castillo nace en La Laguna, Tenerife. Cursa estudios en la Facultad de Bellas Artes de San Fernando de Madrid (1970-1974). Profesora Agregada de Bachillerato por Concurso-Oposición (1980). Doctorado por la Facultad de Bellas Artes de La Laguna (1990). Becada por el proyecto Erasmus en el que ejerce como profesora y estudia litografía en el National Higher Institute and Academy of Fine Arts de Amberes (19991).Obtiene la Titularidad en la Facultad de Bellas Artes de la Universidad de La Laguna, donde actualmente ejerce su docencia (1992). Exposiciones individuales: 1974. Casino de La Laguna (Tenerife). 1975. Casino de La Laguna. V Jornadas Culturales, Garachico (Tenerife). 1978. Sala Conca, La Laguna. 1983. Centro de Arte Ossuna, La Laguna. 1986. Sala de Arte Garoé, Santa Cruz de Tenerife. 1987. Cabildo Insular de El Hierro, Valverde. Centro de Ossuna, La Laguna. 1988. Sala de Arte y Cultura de Cajacanarias, La Laguna. 1991. Ante la Forma Paraninfo de la Universidad de La Laguna. Pastel en Casa Sala de Arte Los Lavaderos, Santa Cruz de Tenerife. Arquitecturas Evanescentes Galería Lavaca, Pamplona. 1993. Galería Pintzel, Pamplona. 1994. Entre dos Luces Círculo de Bellas Artes, Santa Cruz de Tenerife. La Geometría que nos rodea Galería Arco Romano de Medinaceli (Soria). Sombras blancas Galería Orfila, Madrid. 1996. Paraísos Particulares Galería Luz y Oficios y Galería 23 y 12, La Habana. Centro Cultural Español de Alejandría (Egipto). 1997. La Tierra Imantada Galería Arco Romano de Medinaceli. Entre Bastidores Círculo de Bellas Artes, Santa Cruz de Tenerife. 1998. Ventanas de una flor abierta Casa de la Obra Pía, La Habana. 2000. Piel de Guayaba Galería Arco Romano de Medinaceli. 2001. Son de Arquitectura Sala de Arte y Cultura de Cajacanarias, La Laguna. 2002 En medio de la luz... Centro Cívico de Málaga. 2003 Grabados Instituto Cervantes (itinerante) Fez, Tetuán y Rabat (Marruecos). 2004 Tierra de nadie Galería Arco Romano de Medinaceli (Soria). Grabados Instituto Cervantes, Beirut (Líbano). Últimas exposiciones colectivas: 2004 El Muelle, Galería Muelle 27, Madrid. 2002 Todos los caminos ... 25 Aniversarío, Galería Arco Romano, Medinaceli (Soria). 2000 Diez Grabadores Españoles, Centro de Arte Moderno, Buenos Aires -Argéntina. 1999 IV Bienal de Sharcha, Emiratos Arabes. 11 Trienal Gráfica, El Cairo, Egipto. El mar Ateneo, La Laguna. 1998 Arte Gráfico Español Contemporáneo, Instituto Cervantes Amman. 1997 La Xilografia, Taller de Arte Gráfico, La Habana. Docentes en la Pintura, Cajacanarias, La Laguna. 1995 Taller de Fundición, 10 años Cajacanarias, La Laguna. Obra sobre tela, obra sobre papel, Galería de Arte Siena, Burgos. Casa de Porras, Granada. 1994 Recordatorio y proyecto, Galería Arco Romano, Medinaceli (Soria). Palabras, gesto, libertad, Santo Domingo -República Dominicana-. 41 Profesores de la Facultad de Bellas Artes, Centro de Arte La Recova, Santa Cruz de Tenerife. Donacíones de obra gráfica, Biblioteca Nacional, Madrid. Bosnia, Sala del Colegio de Arquitectos, Santa Cruz de Tenerife. De todo corazón, Sala de arte Los Lavaderos, Santa Cruz de Tenerife. 1993 La creatividad en la mujer Ateneo, La Laguna. 1992 El libro, Biblioteca Central de la Universidad de La Laguna. El juguete, Galeria Félix Rodriguez, Santa Cruz de Tenerife. 1991 Obra sobre papel, Galería Magda Lázaro, Santa Cruz de Tenerife. Erasmus Proyect, Academie Voor Schone Kunsten, Amberes. La Atlántída, Círculo de Bellas Artes, Santa Cruz de Tenerife. Generación 70 Sala Conca, La Laguna. 1990 Obra gráfica en Canarias, Círculo de Bellas Artes, Santa Cruz de Tenerffe. Ediciones de Obra Gráfica del Taller de Grabado de la Facultad de Bellas Artes, Galería Félix Rodríguez, Santa Cruz de Tenerife Galería Félix Rodríguez, Santa Cruz de Tenerife. Ediciones de obra gráfica:
Carpeta de grabados para Japón
Motor S.A., edición de 50 aguafuertes (1999). Premios:
Premio Círílo Romero de
Dibujo en la XVII Exposición Regional de Pintura y Escultura, Santa Cruz de
Tenerife. Becas:
Beca Proyecto Erasmus,
ejerciendo como Profesora y estudiando litografía en el National Higer
Instituto and Academy of Fine Arts de Amberes (1991). |