TERESA MORO

OBJETO SIN LUGAR/OBJETO COMO LUGAR

José Marín-Medina

0.
Desde la crisis posmoderna de los grandes relatos, desde la ausencia del mito, ¿qué se puede reafirmar o asegurar ahora practicando la pintura figurativa? La temática del objeto... ¿vuelve a ser hoy -como lo fue para los pintores italianos de Valori Plastici- "el negativo y el positivo de una historia en la que la vuelta al orden constituye el punto de referencia" (Zeno Billori)? Es decir, para nuestros jóvenes neometafísicos y magicistas ¿vuelve a representar la pintura -su pintura- una convicción "en negativo" de la realidad?
1.
La formulación figurativa de Teresa Moro se plantea, de manera individualizada, la temática del objeto desde tres criterios fundamentales: Inicialmente, desde una ordenación global o concepción primera del plano del cuadro establecida sobre una perspectiva extraña, desorientadora, inclusive irritante. Esa preferencia por el espacio de perspectivas ilusorias es algo instintivo en ella, le viene de la infancia. Por ejemplo, recuerda que, cuando visitaba el Parque de atracciones, antepuso siempre la experiencia de los espacios raros (movidos, inclinados, fluctuantes) y las perspectivas absurdas de La casa magnética, al disfrute de cualquier otro de los artilugios feriales. (Esto le sigue importando hasta el punto de haberse planteado si titular esta exposición "Viviendo en la casa magnética").
2.
De otra parte, le interesa que la sensibilización plástica de ese plano o espacio general de la pintura sea tal que no dé nunca ocasión a que se produzca en él cualquier especie de representación de lugar. Al contrario, lo que se busca es plasmar la impresión de vacío, de espacio de una vacuidad absoluta, que lo haga irreal. Se trata, pues, de una espacio raro, equivalente a "un interior", un espacio que no tiene forma ni estructura (el espacio arquitectónico, evidentemente, es un espacio que combina la materia construida y el vacío del flujo espacial, pero nunca será el puro vacío), un espacio "puramente" pictórico, que sólo es color-luz y que resulta sin atmósfera, sin clima, como hecho de cristal.
3.
En tercer término, sobre ese espacio neutro y distanciado, los objetos "van apareciendo" desde el fondo del cuadro, hasta terminar por tomar cuerpo determinante y resultar representados con claros recortes (inclusive, táctiles) en sus aristas, como una realidad que acaba por sobreponerse al plano, como en un collage; por eso sólo afectan al espacio de base por proyectar sobre él la intensidad variable de unas sombras compactas y doradas, de acusado valor plástico. Los objetos representados son ahora series de muebles -familiares y públicos, especialmente sillones, divanes y camas, en relación a los cuales aparecen otros objetos de uso íntimo, como alguna prenda de vestir, algún bolso de mano, alguna maleta, un libro...
No cabe duda de que esos objetos no funcionan en el cuadro como identificación objetiva de realidades, sino que están pidiendo una indagación subjetiva, inclusive caracteriológica, de su "personalidad" (muchos de estos cuadros están vistos y expresados como auténticos retratos, como efigie verdadera e intransferible de un mueble fuertemente individualizado), así como de su "actuación" (en ocasiones forman "escenas", motivos "de género", actos breves de narrativa teatral). El empleo de la luz -un color-luz esplendente- como elemento plástico primordial suaviza los efectos de recorte en los contornos, al tiempo que inunda la escena de matices en la gama, difuminando cualquier detalle de obviedad y contribuyendo a propiciar una lectura en transparencia y nunca una lectura literal de los asuntos.
4.
La ausencia de lugar, un objeto sin lugar, viene a ser una declaración eficacísima de la melancolía, de la soledad intemporal. En ese sentido se suele interpretar la pintura de Teresa Moro, abundando en términos como "magia", "enigma" y "misterio", términos que se desprenden, en especial, de ese singular efecto de familiaridad que produce su pintura, pese al estupor del frío glacial que parece cruzar por estas representaciones, así como se insiste sobre el poder de estas obras para plasmar el sentido de discontinuidad y reificación de la existencia. No obstante, no es del todo cierto que en esta pintura no exista la ilusión representativa de "un" lugar.
En realidad, una cama, un sillón, un sofá... son representaciones de lugar. Efectivamente, en cada uno de esos objetos está incluida una referencia locativa. "Son" ellos mismos lugar, lugar en el que cada uno de nosotros el espectador- podemos sentarnos, recostarnos, hundirnos... Por eso la pintura clara y limpia de Teresa Moro presenta muchas veces estos muebles dispuestos a nuestro acomodo, los lechos ya abiertos para el descanso inmediato, la maleta cerrada para una salida inminente, los cuerpos del biombo aprestados con las ropas íntimas, al alcance de la mano... Se trata de una muy atrayente dislocación figurativa de los objetos, al tiempo que una reafirmación del crciterio dadaísta de que "el objeto artístico es él mismo un lugar". Pero... ¿es que no compartía Duchamp con De Chirico la poética del objeto metafísico, su estrañeza locativa, su poder de significación, su dificultad intrínseca para discernir en él lo obvio y aparencial de su sentido secreto y de su enigma?

© José Marín-Medina
(Texto del catálogo para esta exposición, Medinaceli 2000)

Teresa Moro nació en Madrid en 1970. Licenciada en bellas artes, especialidad pintura. Universidad Complutense de Madrid, 1988-1993. IV Curso de Paisaje de Priego, Córdoba, 1991. Taller de Arte Actual de Marta Cárdenas, Círculo de Bellas Artes de Madrid, 1992. Taller de Arte Actual de Mitsuo Miura, Facultad de Bellas Artes de Madrid, 1993. Chelsea College of Art and Desing, The London Institute, Londres, 1994.

Exposiciones individuales:

1992. Arte bajo en colesterol Sala No se lo digas a nadie, Madrid. 1994. Viajes y mudanzas (obra sobre papel) Centro de Recursos de la Comunidad de Madrid. 1995. El tesoro del contenedor Galería Emilio Navarro, Madrid. 1996. Poltergeist Galería Trinta, Santiago de Compostela (A Coruña). 1997. Poltergeist II Galería My Name's Lolita Art, Valencia. 1998. El desorden secreto Galería My Name's Lolita Art, Madrid. 2000. Fuera de casa Galería Bacelos, Vigo (Pontevedra). Muestrario Club Diario de Levante, Valencia. Viviendo en la Casa Magnética Galería Arco Romano de Medinaceli (Soria).

Ha expuesto colectivamente en diversas galerías entre ellas:

ARCO'95,96,97,99 Stand Galería Emilio Navarro. ARCO'2000 Stand Galería My name's Lolita Art de Valencia. EXPOARTE'97, Club Diario de Levante de Valencia. Galería Fúcares Almagro de Ciudad Real. 2002. XXV Aniversario Galería Arco Romano de Medinaceli (Soria).

Tienen obras suyas las siguientes colecciones:

Colección Unicaja Málaga. Museo Municipal, Ayuntamiento de Madrid. Bienal de Pamplona. Colección Coca-Cola España, Madrid. Colección Unión Fenosa, La Coruña. Colección M.E.I.A.C., Museo Extremeño e Iberoamericano de Arte Contemporáneo, Badajoz. Colección Prosegur. Colección Caja Burgos. Ayuntamiento de Vitoria-Gasteiz. Ayuntamiento de Alcorcón. Banco de Sabadell. Diputación de Cádiz. Colección de la Fundación de Fútbol Profesional, Madrid. Fundación Cañada Blanch, Valencia.

© ArcoRomano.com