JAVIER RIERA
TEORÍA DE LA NUBE Javier Riera, en los años azules de su infancia asturiana, miraba el
paisaje levantando la cabeza y veía más cielo que tierra, más nubes que montañas. Le
atraía la volubilidad de los gases imperfectos y desdeñaba la tozuda definición de los
cuerpos sólidos. Así fue interiorizando un universo de cielos impuros y dramáticos,
cargados de nubes sulfurosas y de falsas estrellas fugaces escapadas de los crisoles de
las fábricas. © Jesús Mazariegos CONVERSACIÓN CON JAVIER RIERA ~ Durante el período de tiempo que media entre tu primera exposición individual y ésta has seguido una línea muy coherente. ¿Por dónde piensas que podrías haber escapado de esa línea? ¿O en qué dirección crees que podrías trabajar en el futuro? ~ Creo que cuando estás inmerso en un verdadero proceso creativo no sabes muy bien hacia dónde vas. Es algo muy poco racional. Hay que experimentar continuamente. Esos experimentos van dejando un poso, que alimenta la pintura que estás haciendo en ese momento. Al cabo de mucho trabajo el cambio se impone por sí mismo. En este sentido, tengo un problema: tiendo a menospreciar lo que me sale bien y a valorar lo más experimental. Pero finalmente acabo reconociendo que los mejores cuadros no son los más experimentales sino los más conservadores. ~ Eso en cuanto a proceso. Pero te preguntaba más bien por la dirección a la que se encamina esa experimentación. ~ Hasta hora he estado muy apegado a la naturaleza, a la pintura de raíz romántica relacionada con el paisaje. Quizá esté empezando a alejarme de todo eso. Me interesa mucho el proceso que ha seguido Uslé: viniendo de una pintura completamente apegada al paisaje ha pasado a una pintura urbana, artificiosa. ~ Es más racional, más ordenado. ~ Sueño con dar ese paso que rompa totalmente con lo que la tierra tiene de madre, con la relación orgánica que mantengo con ella. ~ ¿Y no renunciarías a algo fundamental en tu pintura? ~ Quizá sí. Pero, continuando con el ejemplo de Uslé, su obra actual
sigue siendo pintura de paisaje. Responde a lo que está viendo en Nueva York: el metro,
los entramados de las vigas de las estaciones, la luz artificial... como si fuera
inevitable, una especia de fatalidad, que si tu pintura está orientada en esa dirección
tendrás que mantenerla siempre. ~ ¿Supone eso adentrarse en la vía del automatismo? ~ Sí, en el automatismo, pero es algo más... ~ ¿Llevar al extremo el proceso? ~ Eso es. Partir del lenguaje ya establecido y extremarlo, retorcerlo, darle palos. Tiene una faceta positiva, porque pienso que es bueno pegarle una sacudida a algo que podría tender a estabilizarse en demasía. Pero tiene otro aspecto que podría ser negativo: ser eco de esa prisa urbana, de la necesidad de triunfar. Un mundo en el que no puedo vivir. La pintura que haces siempre tiene mucho que ver con tu forma de vida. Querría que ambas esferas se fueran distanciando. Llegar el momento en que la pintura pasa de ti y de tus problemas. Aunque eso pueda vivirse al principio como algo traumático. ~ Me parece percibir en el conjunto de tu obra una presencia cada vez mayor de un elemento violento. ~ Puede ser. Mi trabajo suele responder a una estructura básica en la que hay una primera capa que se corresponde a un mundo de ensueños, de ternura y de belleza tópica, y que es cortada por otra capa como un cuchillo corta un telón para ver lo que hay detrás. ~ Es decir, que en tus cuadros la capa superior representa lo que hay detrás. Porque, normalmente, la parte violenta, de mayor densidad matérica, se superpone a la lírica, hecha de transparencias. ~ Suele suceder así. Lo que está superpuesto tiene el sentido de un corte que orienta todo el cuadro. El cuadro está sumido en unos sueños evanescentes, blandos, desorientado. El golpe, o la sacudida, envía ese mundo al fondo. Es necesario. Pero creo que cada vez va habiendo más entendimiento entre esos dos mundos. Lo que es seguro es que los cuadros son cada vez más fuertes. ~ En una opción pictórica como la tuya es especialmente importante la concepción espacial. ~ Pienso que la capacidad que cada uno tiene de comprender la realidad
está relacionada con la capacidad de medir el espacio. Cuando miramos una nube no podemos
saber a qué distancia está de nosotros: medimos una cierta cantidad de espacio y a
partir de ahí es sólo más. Por fortuna, porque si pudiéramos medirlo en su totalidad
nos destrozaría la cabeza. (Extracto de una entrevista realizada por Elena Vozmediano) Javier Riera nace en Avilés (Asturias) en 1964. Licenciatura de Bellas Artes en la Universidad de Salamanca (1983-88), Taller de Arte Actual de Carlos León Círculo de Bellas Artes, Madrid (1987). Cursos de Doctorado en la Universidad Complutense de Madrid (1988-90). Taller de Arte Actual de Julián Schnabel, Círculo de Bellas Artes, Madrid. Taller de Investigación Plástica, Real Fábrica de Cristales de La Granja (Segovia) (1991). Diseño Gráfico por ordenador en Tracor Trining Center, Madrid (1992).Beca Cursos de Arte Mojácar. Premio Bienal de Almería. Premio Ciudad de Alcorcón. Exposiciones individuales: 1993. Galería Barcena, Madrid. 1995. Galería Afinsa-Almirante, Madrid. 1996. Galería Afinsa Trindade, Oporto (Portugal). 1998. Galería May Moré, Madrid. Galería Alfredo Viñas, Málaga. Galería La Casa del Siglo XV, Segovia. 1999. Galería Arco Romano de Medinaceli (Soria). 2000. Galería May Moré, Madrid. Galería Trindade, Oporto (Portugal. Ha expuesto colectivamente en diversas galerías, entre ellas: Círculo de Bellas Artes de Madrid. ARCO'95 Galería Bárcena. V Bienal de Pintura Ciudad de Pamplona. ARCO'96 Galería Afinsa Almirante. Líricos del fin de siglo, los años 90 en Salas Antiguo MEAC de Madrid, Art Miami 97 Galería Afinsa Almirante en Miami (USA), Galería Maior de Pollensa (Mallorca), VIII Bienal de Arte Ciudad de Oviedo. 2002. XXV Aniversario Galería Arco Romano de Medinaceli (Soria). Tienen obras suyas, entre otras, las siguientes colecciones: - Colección Banco de España Enlaces
Arte
Contemporáneo. Málaga |