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¿Le parece a usted que puede hablarse actualmente de crisis en la pintura española? Depende de lo que entendamos por "crisis". Depende de las respectivas ideologías del que pregunta y del que contesta. Yo creo que el artista que se ha planteado rigurosamente –racional o intuitivamente- la actual problemática de la situación general, no pasa por un momento de crisis. Como la misión del artista es modificar el medio, mediante la creación de nuevos valore, no siente zozobra ni pánico ante la desaparición de los valores otrora vigentes. Sólo el que ve que se tambalea la situación en que vivía y creaba –es un decir- puede hablar de crisis al no asumir los problemas y no buscar el camino de la solución. Y la solución está siempre adelante, nunca atrás. ¿Qué problemas piensa usted que tiene nuestro país en relación con una conveniente difusión del arte? El artista tiene que luchar por conseguir una mayor libertad. Tiene que asociarse para crear sus órganos de difusión, liberándose de las paternalistas interferencias político-administrativas. Tiene que acabarse con los escalafones y el "medallismo" y las perniciosas secuelas que conllevan. El aparato político-administrativo que entiende de la cosa artística debe contar primordialmente con lo que es su razón de ser: LA EXISTENCIA DEL ARTISTA CREADOR. Es el artista el que debe organizarse y organizar sus exposiciones nacionales e internacionales, controlarlas y divulgarlas por todos los medios de información puestos a su disposición o creados por ellos. Con todo ello se evitarían las "contestaciones" y las inhibiciones de los auténticos valores. ¿Qué opina de los marchantes: se aprovechan del artista y ganan más que ellos, son un mal inevitable o bien le parecen a usted necesarios? En la actual situación española el marchante tendrá cada vez mayor importancia. Hasta hace poco existían muy pocos –una media docena-. Hoy ya se habla de muchos más que, incluso, se han hecho millonarios. Ahora bien, son –efectivamente- un mal inevitable. Pero entendámonos: en la actual situación son un producto que tiene que existir también inevitablemente. Personalmente mis relaciones con ellos acaban siempre mal. Ellos son unos seres integrados en la sociedad que les proporciona esos millones y no pueden establecer verdaderas relaciones con los artistas, que por serlo luchan contra ella, por una mejor. El artista crea, es decir: cambia, evoluciona, revoluciona... Al marchante sólo le interesa que el artista produzca según la demanda y la moda. Una vez lanzado y logrado el éxito, el artista debe "estancarse" y no salirse del "estilo" que le ha proporcionado el éxito. Al marchante le interesa el artista "amanerado" que se limita a copiarse a sí mismo año tras año. Naturalmente, admito que haya algún marchante diferente a los por mí y mis compañeros conocidos. Y deseo encontrarme con él. ¿Cuál es su postura ante la sociedad española actual, frente a la producción artística? No entiendo bien la pregunta. Mi postura ante la sociedad española depende de a qué sociedad nos refiramos. Todavía se habla de la "buena sociedad", de la "bonísima sociedad", de la "alta sociedad"... Todas estas jerarquizaciones no me interesan respecto a mi creación artística. Son clases o castas conservadoras y si admiten la evolución es siempre con retraso y para evitar que el creador se le escape de sus salones definitivamente. Es tolerante, liberal, pero sólo hasta cierto punto. El artista se dirige a otros hombres: a los hombres que están forjando el mañana. A esos hombres para los cuales el arte es un aporte más en su lucha y nunca decorativismos ni ostentación de "signos externos" de riqueza económica o de "snobismo". El artista forma junto a los hombres de ciencia, a los pensadores, al pueblo reivindicativo y no alineado... y se entiende con ellos. ¿Qué opina de la actual crítica artística española? La crítica es regular. Hay unos, muy pocos, grandes críticos. Junto a ellos hay una ingente multitud de escritores que escriben necedades sobre arte, con fraseología enfática y deslumbrante, pero fuera de contenido. Faltan críticos que conozcan a fondo la estética actual, sus métodos... sin desdeñar tendencias. El crítico ha de ser del mismo temple que el artista. Sólo cuando esto sucede tenemos un gran crítico. Afortunadamente, en España, repito, hay grandes críticos, pocos –pero los hay-, aunque desgraciadamente no son los que oficialmente se hacen destacar. Pero esto es inevitable también. El crítico auténtico es un ser molesto e impertinente para todo aquel que está instalado en un medio confortable y tiene una ideología conservadora o preconcepciones de laboratorio de lo que debe-ser el arte de hoy, de mañana y de siempre. Mundo,
22-IV-72
Círculo Cultural Ebussus y Galería El Corsario, Ibiza. VII Salón de Invierno, Palma de Mallorca. Arte de nuestro tiempo en Ibiza, Galerías Fernando Fe y Biosca, Madrid. II Salón de Arte Actual del Mediterráneo, Valencia. Exposición preparatoria de la Bienal de Alejandría. II Ciclo Internacional de Arte Actual, Málaga, Peñíscola y Castellón. Galería San Jorge, Madrid. IV, V, VI, VII y VIII Salones de Mayo, Barcelona. III, IV y V Salones de Marzo, Valencia. Club de los Poetas, Formentor-Mallorca. Exposiciones en Berlín, Hannover, Amberes y Lausanne. En Estados Unidos, Venezuela, Canadá, Argel y Hong-Kong. De la Prehistoria hasta nuestros días, Casón del Buen Retiro, Madrid. De Goya hasta mañana, Sala Edurne, Madrid. Con el grupo SAAS en Pamplona, Granada, Barcelona, Zaragoza y Soria. Homenaje a Antonio Ruiz, Galería Arco Romano de Medinaceli, Soria. |
ANTONIO RUIZ RUIZ
"El
artista tiene que luchar par conseguir una mayor libertad"