Soria fue asturiana en aquellos tiempos y en
Yanguas, a un paso de San Pedro, están enterrados dos reyes de Asturias, Fruela y
Aurelio, que hubieron de acudir a defender la frontera de sus reinos y murieron en el
empeño.
No obstante, su contemporáneo Mauregato no se distinguió por su proezas bélicas, sino
que pasó a la historia como monarca transegidor y calzonazos que consentía con el
bochornoso tributo. La moda de las cuartetas es bien reciente y no tiene ningún secreto.
Fueron introducidas por un secretario del pueblo, de origen riojano, no hará mucho más
del siglo. Ahora bien, esto no quiere decir que la creencia popular en el rey Mauregato y
su tributo sea tan reciente ni tan espúrea.
No podemos olvidar mencionar las Móndidas de Sarnago, que salen por San Juan y las de
Taniñe y quizá otras ya desaparecidas. Si añadimos los dos rituales de Las Doncellas de
Santo Domingo de la Calzada y las de Sorzano, nos encontramos con una nutrida nómina de
muchachitas puberales que el día de San Juan, o en fechas cercanas, dan en vestirse de
blanco y en pasearse con complicados adornos florales en sus cabezas. ¿No serán las
partes alícuotas que cada una de estas poblaciones, y otras muchas de las que ya nada se
recuerda, entregaban para completar el tributo de las 100 doncellas?.
Esto vendría a dar verosimilitud histórica a la leyenda del rey Mauregato. En esta
región montañosa que hoy se divide entre Logroño y Soria, pero que antaño era casi
toda soriana, existió un substrato cultural común.
Es clarísima la vinculación cultural y emocional de las Tierras Altas de Soria-La Rioja.
No sólo en las fiestas populares; la Mesta era, sobre todo, Camerana, y en esa medida,
riojana (pero no por ello menos soriana, ¿acaso no existió La Rioja soriana, de que
hablara Nicolás Rabal?.
El Solar de Tejada, cuyos orígenes míticos enlazan también con la batalla de Clavijo,
desarrollaba su historia a caballo de estas tierras montuosas, sin pararse en fronteras,
sujetas, por desgracia, a caprichos políticos y coyunturales. Como la actual división
autonómica que nos aparta de nuestros milenarios contactos con La Rioja, Navarra y
Aragón.
Las
Doncellas de Santo Domingo de la Calzada y Sorzano
Es
bien curioso que ninguno de los eruditos que hasta ahora se han ocupado de
las Móndidas las haya relacionado con sus "hermanas" riojanas, por otra
parte, tan cercanas.
Una posible razón de esta ignorancia puede venir de lo anteriormente dicho, de pensar que
si el origen de las cuartetas era tan reciente, otro tanto debía pensarse del mito de las
100 doncellas y era superfluo continuar cualquier averiguación en ese sentido.
Por mi parte, he partido de la creencia de que las Tierras Altas de Soria tienen mucho que
ver geográfica e históricamente con Euzkadi y La Rioja. Mucho más, por ejemplo, que con
Castilla. He buscado allí, por tanto, posibles paralelismos e influencias. Y los he
encontrado.
Las doncellas
riojanas que vamos a estudiar están fuertemente relacionadas con la batalla del Monte
Laturce, supuestamente celebrada junto al Castillo de Clavijo. Se creyó en el pasado que
esta batalla era ahistórica y que la intervención del apóstol Santiago no era lo único
mítico en ella. Pero, más recientemente, se da por hecho que tuvo lugar una batalla en
Monte Laturce si bien es cierto que no en la fecha que siempre se ha creído, sino unos 50
años después.
Mas el paralelismo entre las Móndidas y sus parientes de Sorzano y Santo Domingo de la
Calzada no se limita a esta común advocación a la leyenda de Clavijo y el rey Mauregato
sino que enlaza de un modo mucho más claro a través de la indumentaria.
En Santo Domingo de la Calzada salen las doncellas el 25 de abril llevando el pan del
Santo. El 1 de Mayo la cofradía del Santo reparte entre el vecindario un bollo de pan sin
levadura. Este mismo día bendice los ramos y la leña y hay una comida de hermandad.
También tiene lugar la procesión de las prioras: nueve mujeres más una panadera que
realizan una marcha con hábitos negros y unos cestaños idénticos a los que llevarán al
día siguiente las doncellas.
La procesión de las doncellas es en recuerdo de la liberación del tributo que pagaba el
rey Mauregato. Van ataviadas de blanco y llevan sobre sus cabezas un cestaño. No sólo lo
llevan sino que le llaman así, del mismo nombre que en San Pedro. Este contiene un
mollete de pan.
Recorren las calles presididas por la doncella Mayor, marchan llevando el pendón de la
cofradía, cierran el cortejo dos mulas muy adornadas y un carro arrastrado por dos bueyes
que recuerdan a toros que el santo amansó prodigiosamente.
Finalizado el desfile, acuden a casa del Santo, dejan sus cestaños en la puerta y son
recibidas por el prior de la cofradía. Se les ofrece entonces una comida que preside la
doncella Mayor y a la que sólo pueden asistir ellas.
En Sorzano ya no vemos los cestaños aunque algunas doncellas llevan tocas blancas. Lucen
ramas adornadas con blancas flores y cintas del mismo color. Todas visten albas
cestiduras.
Obsérvese que el propio nombre de Sorzano es similar a los topónimos Sora-Soria. Además
los paralelismos son muchos, lo que por fuerza da crédito a un origen común, quizá
medieval y relacionado de un modo u otro con la batalla de Clavijo. Es muy clara la
similitud entre los cestaños que llevan en la cabeza las doncellas de Santo Domingo y San
Pedro Manrique. Los cestaños riojanos perdieron sin duda en algún avatar histórico los
arbujuelos, que actualmente sólo figuran como atrofiadas ramitas, remedo de aquellos. Son
florecidos esquejes que rodean el cestaño y ya no sobresalen de él. También el
contenido de los cestaños riojanos es similar, llevan un panete en su interior, remedo de
las tortas y roscos sampedranos.
Respecto a los ropajes tenemos que en Logroño se ha respetado, paradójicamente, el
carácter de pureza y blancura más que en Soria. Mas aparte de esto, los trajes de San
Pedro Manrique son más vernáculos y antañones, mientras que en La Rioja las doncellas
visten trajes albos, sí, pero de moderna factura y escasa uniformidad, luciendo algunas
de ellas verdaderos "modelitos" que más parecen trajes de boda que vestiduras
sagradas. Las de Santo Domingo usan de níveos velos que penden del cestaño, pero
ignoramos si serán herederos de otros anteriores o, por el contrario, reciente
innovación, como los mantones sampedranos.
©
Antonio Ruiz Vega
La Soria Mágica.
Fiestas y Tradiciones Populares
|