ZOZOBRA
Hacia donde irá mi boca
sin tu boca que le asista.
Sobre que espalda reposará la mía
cuando presiento la tuya tan lejana.
Hacia que horizonte mi vida se encamina
si he perdido tu norte y tu vigía.
Dentro de quien terminaré,
rendida de intentarte,
perdida de buscarte.
Ya no serás el labio que responda
a la urgente querencia de tomarte,
ni serás el agua que apaciente
la llama exacta de mi centro.
Herida estoy de amarte
despierta de soñarte.
Recitado por Concha
Goig y musicado por el maestro Manuel Castelló
50
años
La paz de los años trae en mí
querencias nuevas.
No se
angustia mi alma ya con poco
necesito menos que antes
y casi todo me tranquiliza.
Debo
estirar en mi vida lo que antes
me sobraba: tiempo,
ahora amo pacíficamente lo que
antes el orgullo despreciaba,
ahora se lo que vale el tiempo
que antes ni recordaba.
La
pasión aun me enciende,
el verbo se revela,
pero más que amo, retengo
más que grito, convenzo.
El
cuerpo se va menguando
y gano más en espíritu.
Cuanto
menos dinero tengo
más valoro el sacrificio.
No
quiero irme con nada
ni que esperen mi muerte,
quiero ser recordada
llena de amor y de suerte.
Dejaré
mi palabra, mi cariño,
descendencia llena de vida,
libros, música y educación repartida.
Quiero
que todo esto sea mi herencia
y tardar 100 años en cumplirla
©
Concha Goig 2003
LA PALABRA
Para que no me
falten las fuerzas, la razón:
he escogido la palabra.
Aunque no haga camino del presente,
y se halla borrado el trazo del pasado:
siempre tendré la palabra.
Aunque me lleve la muerte y
no encuentre nada más allá de la materia:
siempre quedará mi palabra.
Mis preguntas razonadas,
posesivas, persuasivas,
si no son escuchadas
por oídos cotidianos,
si no tienen respuesta a mi llamada:
de poco me sirve la palabra.
A ti que me lees, me comentas,
me criticas, me sorprendes,
me amas o me odias:
déjame que te convenza
con la magia sutil,
con el calor de mi palabra.
NOCHE EN SORIA
Cae la noche.
Tenebrosa noche soriana.
Fría, solitaria,
refugio de almas ateridas.
Calma, silencio,
limpias estrellas te cobijan bajo el gélido manto,
enmudecidas.
Duerme el arado,
con su yunta ya cambiada por fríos mecanismos,
tan callada.
Duermen todos, salvo el viento y el silencio
que con mortal recogimiento caminan ululando
por tejados y cimientos.
Silencio, temor, abandono,
arropan vuestros días
que pasan sin piedad.
QUIERO
Déjame sentirte, Madre
renacer en toda el alma.
Deja que me siente, Madre
en un pliegue de tu falda,
como tantas veces lo hice en toda mi infancia.
Quiero ser pecho, Madre
y acoger en mí seno la pena que te ahoga.
Quiero ser río, helecho,
ahoyar la tierra
y enterrar en ella
la pena que te arde siempre dentro.
Quiero ser pintor , Madre
dibujar para siempre y con firmeza
la sonrisa de tu boca
y borrar de un trazo la pena y la congoja.
Quiero ser canción, Madre
y mecer tu amor en la dulzura de mi música,
que te adormezca la cadencia
de mí amor hecho balada,
y borrar para siempre la tristeza de tu alma.
Quiero ser pájaro, Madre
y volar,
y llevarte cogida en mis alas,
y besar la dulzura de tu cara,
y recordar para siempre tu cariño,
recordar mi infancia aletargada.
SEDUCCIÓN
Me ha seducido la noche.
Tierna, enamorada,
y como a escondidas, te he hecho un verso.
Camino sola en pos de nadie y
cada aventura deja en mi su huella amarga.
Cuando empieces a notar mi ausencia,
yo estaré ya muy lejana.
Ignoraras cuanto te he amado
yo nunca te lo he dicho.
Rota por el llanto sordo y
el amor bravío que hace
mella en mi cerebro.
Deseo tanto estar contigo,
que ya ni se cuanto te añoro.
NO CALLARÉ
Yo no he callado jamás por nadie,
todo me ha movido a la escritura y
me seguirá moviendo mientras en mi alma
anide ilusión alguna.
Me mueve el desamparo del que gime
y el olvido del ausente.
Me mueve el amor que necesito
y el desamor de tanta gente.
Me mueve el llanto del niño por su madre
y toda la paternidad irresponsable.
Me mueve la noche y el día,
tanto como el mar y el monte.
Me mueves tu, mi vida,
y mi soledad permanente.
Me mueve tanta caridad benevolente,
y toda la maldad que me aniquila.
Me mueve ese Dios tan despiadado,
y el fervor inútil de la gente.
Me mueven los silencios oportunos
y el vocerío irreverente.
Me mueve la injusticia y el abuso permanente.
Me mueven al amor y la ternura
todas las manos inocentes.
ESTE POEMA
Para ti y frente al mar
escribiré mi mejor poema.
Besaré los ojos que me quieren,
y querré la boca que me besa.
Me recorre cuando amo,
el dolor de un sueño que se aleja,
que se esconde, que se aparta,
¿hacia donde?.
Con el mar como espejo de mi vida,
dolor, bravura,
soledad, osadía,
arco iris, veleta,
amor, caridad,
pasión, freno, sacrificio.
Para ti y frente al mar,
destrozaré mi poema
mil veces concebido.
Para ti y sin el mar,
enfrentaré mi vida
a lo que no ha sido,
a lo absurdo, a lo desconocido.
POETA
Yo nunca he necesitado
la paz del silencio
para hablar por voz de poetas.
He querido la vida a mi costado,
y el palpitar sereno del amor muy junto a mi.
Y el ardor de los deseos
como perenne primavera.
QUERIÉNDOTE
Me eleva tu boca
y me sostiene.
En el infinito me prolongas,
sobrevivo a las mareas.
Tu fuerza y tu constancia
me renuevan.
Tus brazos que me abarcan y protegen,
me deslizan por esta frágil maravilla.
Encendida de verte, de saberte,
me acomete tu pasión y me desborda.
Subamos de nuevo hasta la luna,
vivamos solo en primavera.
Rocemos una vez mas el cielo
con las puntas doradas de los dedos.
FIRME
Serenada
después de un ayer
que fue todo angustia y abandono.
Hoy llevo los remos de mi barca,
con una firmeza casi estoica.
Mi tiempo pasado, perdido,
lo reclama mi adentro abandonado.
Ya no me miro por mi fondo,
no me nadan por la sangre
aquellas pasiones.
¿Y el orgullo?.
¡Ay el orgullo!....
doblegado, vencido, maltratado.
A veces en silencio,
me duele la vida que amanece,
esa vida a la que falta sentido,
ironía de alguna forma, ligereza.
SIN VELO
Cuando me rozan tus manos
y tu boca me eleva a la más
alta cima de mi anhelo,
siempre rozo el sublime deseo de
lo imposible y me aferro al tierno amor
con que te envuelvo.
Mis ojos te miran con deseo y
el placer que compartimos es perfecto.
Entonces se descorre el leve velo
que nos separa y somos uno solo
en dulce lucha cuerpo a cuerpo. |