La
riqueza etnológica de esta provincia se manifiesta también en el gran
número de remedios caseros para hacer frente a todo tipo de enfermedades,
y al vocabulario asociado a la etnomedicina. Hemos extraído una muestra
de este vocabulario, del libro Remedios caseros y otras magias sorianas.
Adelgazar la sangre, viene a decir
bajar la tensión arterial. Se utiliza para ello cola de caballo cogida verde, y dejada
secar a la sombra. Se toma en infusión.
Almorroides por hemorroides. Dicen
curarlo, por la zona de Candilichera, friendo gusanos recogidos en las basuras, y
untándose la zona afectada con ese aceite.
Almuérzago
o almuédrago. Se llama así al muérdago, planta parasitaria, relacionada con a
magia en general y el mundo de los celtas en particular, a la que atribuyen propiedades
relajantes. Los romanos la usaban para mitigar los efectos de la epilepsia.
Amarilla. Se trata de una enfermedad
de las ovejas que afecta a la piel del vientre, la cual se pone amarilla a causa de la
ingesta excesiva de estepa. Lo recoge Inés Tudela. Se cura con cocimiento de hierbas y/o
friegas con vino y jabón.
Anzuelo por orzuelo. Lo recoge
Gervasio Manrique en Portillo de Soria. Los orzuelos, en bastantes lugares, por ejemplo en
Arévalo de la Sierra, se curan colocándose encima una llave expuesta previamente,
durante una noche, al sereno.
Asentar se llama, en toda la
provincia, a hacer bien la digestión. Para ello, se toma manzanilla o té de los que
abundan por la provincia, en infusión, por separado o juntos.
Los empanaizos, o empanadizos,
son furúnculos o granos gruesos, diviesos, que se curan colocando, sobre ellos, un
emplaste a base de hierba gurupesa.
Hierba de la orina es nombrada la
zarzaparrilla en Espejón. Sirve para aliviar la inflamación de próstata o, como dicen
ellos, para "la inflamación de orina".
Un término muy usado en toda la provincia es "mala
gana". Estar aquejado de eso viene a ser como marearse, tener necesidad de
vomitar. A veces se debe a una bajada de tensión, o a una subida, o a una mala
digestión. En muchos lugares lo curan con manzanilla y té de risco, por separado o
junto.
Materia. A la pus se la llama
materia. Para hacer que salga de las heridas o forúnculos infectados, se aplica encima la
hierba callera u hojas chupaderas.
Mogo se llama al moho, en Fuentes de
Magaña. Se refieren al sedimento dejado en el cauce de la fuente sulfhídrica de
Valdeprado. Con ese "mogo" se untan la piel para curarla. El agua la bebían
durante nueve días seguidos - "hacer la novena" - bebiendo un vaso el primer
día, dos el segundo, hasta llegar a los nueve.
Pelo al pecho es el nombre dado a la
galactocele. Se cura, según los lugares, con manteca; o infusión de huesos de dátiles;
o bien con una pomada conseguida a base de corteza del saúco, trigo, cera y aceite.
Quera, es el polvo procedente de la
madera carcomida. Con ella se curan las escoceduras de los niños. Se supone que sustituye
al polvo de talco.
Subir la sangre, viene a significar
padecer una subida de tensión arterial. En Alconaba cuecen ortigas para quitar
"fuerza a la sangre" y, de este modo, bajar la tensión.
Sulimada por sublimada - agua
sublimada - referente al cloruro de mercurio. Es utilizada para hacer gárgaras cuando
duela la garganta.
Tapaculos, o escaramujos. Así les
llaman en casi toda la provincia. Lo oímos en Vizmanos. Cocidos mucho, hasta formar un
jarabe, alivian las bronquitis y las diarreas.
Torozón. Se nombre así al nudo que
se les hace en los intestinos a los animales, según Eduardo Asensio, de Duáñez. María
Moliner lo recoge como cólico de las reses o las caballerías. Se cura de distintas
formas. Tanto en Aldehuela de Periañez, como en Alconaba y otros lugares, a base de
bebedizos de agua, aceite y manzanilla. O con lavativas de aceite y jabón.
©
Isabel Goig
publicado en este número |