Reproducimos a continuación el
artículo y entrevista publicado el pasado mes de mayo en el diario euskaldún EGUNKARIA
por el periodista Xabier Martín. El artículo apareció en euskera y ha sido traducido
por el propio Xabier Martín a petición nuestra.
El
testimonio de Euskal Herría en la provincia soriana de Castilla y León es rico y
abundante. Así lo asegura cuando menos el escritor y periodista soriano Antonio Ruiz
Vega. Esa creencia le llevó a escribir el año pasado el libro "Las relaciones entre
Soria y Euskadi". Agotada ya la primera edición del trabajo, su autor está pensando
en editar una segunda remesa.
Dejando
atrás la Ribera de Nafarroa, al entrar en el norte de Soria el paisaje no cambia
excesivamente, acaso las tierras sorianas pueden ser algo más secas. Sin embargo
adentrándonos hacia el sur en territorio soriano la tierra va cambiando de color. Una vez
llegados a la zona conocida como Pinares, los bosques se vuelven verdes, y ese verdor de
los pinos se ve en todas direcciones. No es desde luego el mismo verde de los bosques de
Euskal Herria, pero es innegable que ambos colores son terriblemente parecidos. Pero
dejando aparte el paisaje, Soria y Euskal Herria tienen algo más en común. Según cuenta
el escritor Antonio Ruiz el testimonio de Euskal Herria dejado en otro tiempo en la
provincia soriana es más que evidente. Queriendo demostrar "que los dos pueblos han
sido desde siempre hermanos", el escritor soriano ha investigado los trabajos de
autores como Juan Bautista Erro Azpiroz, Sebastián Febrel, o Francisco García Berlanga,
y a lo descubierto le ha unido sus propias conclusiones, fruto del trabajo de campo
realizado personalmente. El idioma, la historiografía, la toponimia, la mitología, el
folclore, las fiestas, las costumbres, y las instituciones, son factores que ha analizado
Ruiz Vega a la hora de llevar a cabo su investigación.
Según
asegura el escritor, los topónimos tienen una gran importancia para demostrar la raíz
euskérica de muchos lugares sorianos. Urbión, Larralde, Celaya, Garagüeta, Aranzana u
Ormaza son los nombres de algunos montes, ríos o pueblos de Soria, y parece lógico
pensar que tienen una procedencia euskérica. La mitología también es importante al
poner de relieve la estrecha relación entre los dos pueblos. Desde el pico más alto de
la sierra de Aralar es posible avistar la laguna de Urbión en los días más claros. Es
justo en esa laguna donde la diosa Mari o Maya (como se la llamaba antiguamente) de la
mitología vasca encontraba refugio. De todo ello puede dar testimonio el pueblo soriano
situado debajo del Urbión, llamado Villa de Maya.
Por otro lado en otro pueblo soriano, concretamente en Cascajosa, encontraron hace unos
años un antiguo instrumento musical muy parecido a nuestro txistu. Al parecer, en el
siglo XVII existía en Soria un instrumento que se tocaba con la mano izquierda, mientras
la derecha se utilizaba para hacer el acompañamiento con el tamboril, al igual que se
hace en Eukal Herria. Además, el ritmo más antiguo del famoso baile castellano de la
Rueda, que se baila por ejemplo en el Burgo de Osma, es el de 5/8 según los entendidos.
Dato que no tendría ninguna relevancia si ese mismo ritmo no se considerara desde siempre
el ritmo por antonomasia del zortziko euskaldum.
Pero de cualquier forma las semejanzas no terminan ahí. No hay más que observar las
fiestas de los pueblos de Pinares. La pelota, la toca, o la aizkolaritza, son deportes que
se practican en esos pueblos en la época estival, y según cuentan los lugareños más
veteranos, son tradiciones muy remotas en la zona. De igual manera, son también antiguas
muchas casas construidas con un corte inconfundiblemente vasco. Los ejemplos más claros
podían encontrarse hasta hace poco en San Leonardo de Yagüe.
Por último, merece también una líneas la tradición vasca de las instituciones
sorianas, ya que según el autor Ruiz Vega, estas tomaron como modelo "las
anteiglesias y merindades de Euskal Herria".
Antonio
Ruiz Vega, periodista y escritor
"Castilla ha tenido características
vascas desde siempre"
En la década de los 70 la
librería del padre de Antonio Ruiz Vega fue lugar de encuentro de los familiares de los
presos vascos que se encontraban en la cárcel de Soria y en general de los contrarios al
régimen de Franco. Fua a través de esos vascos desplazados a Soria como desarrolló el
escritor soriano un interés especial por Euskal Herria. Ruiz Vega está convencido de que
en Soria existe una gran influencia vasca, de hecho ha escrito varios trabajos tratando el
tema.
Pregunta.- Los pueblos que se encuentran próximos entre si suelen influenciarse a
los largo de los tiempos. Sin embargo tu vas más allá...
Respuesta.- Mira, en Soria hay más de doscientos topónimos vascos y los
topónimos son lo único que suele perdurar cuando las antiguas culturas desaparecen. En
Soria siempre ha habido un número de habitantes pequeño y apenas han existido
movimientos migratorios. Es por ello que aún hoy día podemos encontrar rastros de ese
idioma euskal-ibero que seguramente se habló en toda la península. Es una teoría
bastante obvia aunque algunos la rechacen.
Pregunta.- ¿Es posible observar esas similitudes en más lugares de Castilla?
Respuesta.- Sí. De hecho la reconquista contra los árabes comenzó en Nafarroa
y por ello el reino de Castilla tuvo características vascas desde el principio, como por
ejemplo a nivel de raza, lengua e instituciones. El espíritu revolucionario a favor de la
democracia que en su día fue característico de los castellanos fue aprendido de los
vascos.
Pregunta.- ¿Es posible que los topónimos vascos de algunos pueblos sorianos
indiquen que alguna vez se habló euskara en esos pueblos?
Respuesta.- Eso no se puede demostrar, ya que esos topónimos son realmente
antiguos. Lo que sí puede ser, debido a los tiempos que nos tendríamos que remontar, es
que la lengua que se hablara en esos lugares fuera de la misma raíz que el euskara,
aunque fuera una lengua distinta.
©
Xabier Martín
Tejería
publicado en este número
Las
relaciones entre Soria y Euskadi, Antonio Ruiz Vega |