NO TAN AUSENTE
JAVIER NARBAIZA
Machado, playa y montaña
Otra edición de Fitur, y ya son muchas las
Ferias sobre viajes recorridas. Uno medita sobre la vida y sus variaciones
desde cuando tuvo sus vínculos con el turismo en aquellos recintos de la
Casa de Campo. Hoy, Fitur es una turbamulta de gentes y allí encuentro a
viejos amigos que empezaron como camareros en Inglaterra, luego montaron
agencia, y hoy te hablan de sus barcos, divorcios y achaques. De cadenas de
hoteles y de empresas de cruceros llegamos a los espacios de las
instituciones, o sea que cruzamos de pabellón y entramos en la España del
interior. Hay movimiento en los stands de Castilla León, y como llega el
baranda de la Junta los políticos están un poco de los nervios, al tiempo
que empiezan a zurear los sempiternos de las Casas Regionales, que siempre
intuyen que cuando vienen los mandamases hay refrigerio abundante, y solo se
trata de esperar a que pase el discurso. En lo que a Soria atañe, el mensaje
va de motivos culturales entre el Cid y Machado, y la efigie del poeta
surge en un recortable engrosado rodeado de maletas, y pillamos prospectos
que muestran los itinerarios de Machado en la ciudad y la propuesta de un
recorrido por tierras de Alvargonzalez. Como uno es tenaz, y mis amigas
Herminda y María Ángeles siguen dando la brasa con el “tren machadiano”,
aprovecho para recordárselo a Alberto Abad, gerente del Patrimonio
Provincial de Turismo, y el hombre comenta que tampoco es que haya mucha
comunicación entre su departamento y el negociado competente del
Ayuntamiento, y me aduce que ya intentaron la experiencia del ferrocarril
turístico entre Madrid y Soria con el pretexto de Celtiberia. Por otra
parte, Manolo Núñez Encabo me tranquiliza apuntándome que en la fundación
Antonio Machado tienen presente la posibilidad del tren, pero que el
gobierno de la nación elabora su propio plan para el Centenario, con lo que
todos quietos hasta ver. También me recuerda que en el 89 acometieron una
experiencia similar- al parecer silenciada por los medios- y trajeron a
grupos de escolares por ferrocarril y hasta Soria. En el pabellón de
Sigüenza anuncian su tren Medieval, que saldrá a partir de Marzo desde
Madrid, ida y vuelta. En el de Baeza, también chupan rueda de don Antonio, y
ofrecen sus versos y soledades. Seguimos entre la marabunta, cargados de
bolsas y escapando de vinos y torreznos. Mientras rebaso la puerta de
salida, no puedo evitar el pensamiento de cómo alucinarían desde su alta
nube Antonio Machado y Leonor si viesen los folletos con su foto de boda, y
vendiéndose el “producto poético” al modo de los viajes al Caribe y
estancias en Marina D`Or.
NO
TAN AUSENTE
JAVIER NARBAIZA
Vuelta al tren machadiano
Quedaba hace unas tardes en el Círculo de Bellas Artes con
dos paisanas de sensibilidades y arrestos, como son Herminda Cubillo,
presidenta de la asociación de “los Abedules”, y la poetisa María Ángeles
Maeso. Desgranábamos ideas sobre el año machadiano y conjeturábamos sobre la
agenda cultural en torno a la efeméride de la llegada de don Antonio a Soria
en 1907. Con argumentos, ya impresos en esta columna, volví a desplegar la
posibilidad de fletar durante varios fines de semana un tren que repitiera
el trayecto que desde Madrid realizara Machado, rumbo a su inicial destino
administrativo. La idea de transportar viajeros desde la capital,
aprovechando el centenario, tampoco es que suponga un especial
descubrimiento, ya que RENFE sabe de precedentes como “ el tren de la fresa”
de Madrid a Aranjuez; el de Alcalá, o el más reciente ferrocarril festivo
desde Madrid a Sigüenza, con pretexto del Doncel, aventuras que han animado
a los madrileños a acercarse a puntos geográficos próximos y, no obstante,
más desconocidos de lo que se piensa. Entiendo que la oportunidad no puede
ser más propicia para el ensayo, en el que cabrían todas las promociones
turísticas, contando con dos horas largas del trayecto para acercarnos a la
poesía de Antonio Machado, para recrear aquella España en la que le tocó
vivir, amén de la utilidad de vislumbrar el tren como alternativa en
momentos en los que, con esto del PAES, se habla de modernizar vías e
infraestructuras. Nos acuden entusiasmos, surgen ideas y nombres de
conocidos que mandan algo en la cosa ferroviaria, o que se dedican a
gestiones culturales. Pensamos en detalles como repartir a la subida al
vagón ejemplares de aquellas fechas del “Avisador Numantino” con músicas de
fondo de Federico Chueca, que era lo que entonces se estilaba, y que en el
trayecto pudieran leerse romances de ciego que narrasen detalles de los
crímenes de Duruelo o Carrascosa... Ni Ángeles, ni Herminda, ni el que
firma, estamos muy al tanto de lo que a los comités de sabios se les va
ocurriendo al respecto del centenario. Y como a decir verdad, tampoco es que
nos importe mucho si las autoridades competentes están por la labor, y como
tenemos amigos interesados en estas románticas empresas, si los de arriba no
nos ponen el tren pues nos montamos una excursión particular, hablamos con
Jesús Hedo y con los Amigos del Ferrocarril, y lo peor que nos puede pasar
es que tengamos que llegarnos temprano a Chamartín, y tras llegar a
Torralba, a parecida velocidad que pasó Machado, vayamos dejando atrás las
olvidadas estaciones de Miño, Radona, Adradas, Coscurita..., hasta llegar a
Almazán, luego la mancha de pinar hasta Quintana, y leyendo poemas nos
lleguemos a Soria en un sábado de la próxima primavera.