In Memoriam - Antonio Machado

Escribir sobre Machado e intentar aportar algo que no se haya escrito es tarea casi imposible.

Machado es uno de esos autores tan sugerentes que han hecho correr ríos de estudios.

Quizá sea porque el tiempo no pasa por algunas de sus obras y siempre hay quién, acercándose a él por primera vez, descubre su voz intemporal y lo revive de nuevo. O quién, acercándose a él de nuevo, redescubre a un Machado "diferente" según hayan sido nuestros senderos recorridos... y aún lo hace latir con más fuerza.

Excelentes ejercicios de la razón y el corazón para mantener vivas sus palabras y añadir nuevas emociones a la leyenda machadiana:
leer Machado con ojos nuevos y sorprendidos... releerlo de nuevo desde nuestros cansados ojos aún curiosos...

caminante, no hay camino,
se hace camino al andar

Leonor Lahoz con un libro de Machado

Queremos que esas singulares enseñanzas de don Juan (Juan de Mairena) machadianas y profundamente humanistas, vengan a poner un punto de inflexión en estos Senderos Imaginados:

"Sed originales; yo os lo aconsejo; casi me atrevería a ordenároslo. Para ello —claro es— tenéis que renunciar al aplauso de los snobs y de los fanáticos de la novedad, porque ésos creerán siempre haber leído algo de lo que vosotros pensáis, y aun pensarán, además, que vosotros lo habéis leído también, aunque en ediciones profanadas ya por el vulgo, y que, en último término, no lo habéis comprendido tan bien como ellos. A vosotros no os importe pensar lo que habéis leído ochenta veces y oído quinientas, porque no es lo mismo pensar que haber leído.

Huid del preciosismo literario, que es el mayor enemigo de la originalidad. Pensad que escribís en una lengua madura, repleta de folklore, de saber popular, y que ése fue el barro santo de donde sacó Cervantes la creación literaria más original de todos los tiempos. No olvidéis, sin embargo, que el "preciosismo", que persigue una originalidad frívola y de pura costra, pudiera tener razón contra vosotros cuando no cumplís el deber primordial de poner en la materia que labráis el doble cuño de vuestra inteligencia y de vuestro corazón. Y tendrá más razón todavía si os zambullís en la barbarie casticista, que pretende hacer algo por la mera renuncia a la cultura universal.

La poesía es -decía Mairena- el diálogo del hombre, de un hombre con su tiempo. Eso es lo que el poeta pretende eternizar, sacándolo fuera del tiempo, labor difícil y que requiere mucho tiempo, casi todo el tiempo de que el poeta dispone. El poeta es un pescador, no de peces, sino de pescados vivos; entendámosnos: de peces que puedan vivir después de pescados".

Antonio Machado, Juan de Mairena (espasa-Calpe, colección Austral)

La santera de El Mirón