Pedro Sanz

Seis poemas y un soneto

Para cuando te vayas...

¡Mírame!
Mírame, te digo, fijamente;
como se mira a la muerte,
a la oquedad del silencio,
y luego dime «adiós».
Mírame y vete, si eso es lo que deseas:
pero dímelo sin acritud,
antes de que el odio agriete
los cimientos de mi fortaleza.

No soporto el verte ausente,
con la mirada clavada como un dardo
en la diana del odio;
por eso te digo: «¡mírame!»
Después
—como si no me conocieras—
ya puedes decirme «adiós».
Y luego, vete

A quien conmigo va

No abras los ojos.
Cuando llegues, no los abras:
déjate llevar tan sólo por los rompientes
del silencio,
por las escarpaduras de mi piel,
por los más recónditos
impulsos de tu rendición.

No los abras:
apaga tu mirada
porque no abrumes la mía
con el apresto de tu encanto.

Abandónate al más absoluto azar:
que entre nosotros
todo sea intempestivo,
caótico y reciente,
como los restos de un naufragio,
como una canción oída al pasar...

Y luego cuéntame lo que queda oculto
al cabo de tus ausencias.
Dime lo que quiero oír:
repíteme la salmodia de tus protestas más tiernas;
ésas que hieren tan blandamente
a ese ausente que conmigo va...

Algo de tu esencia...

Algo de tu esencia
se me queda en los ojos, Covaleda,
cuando sueño con el perfil de tus montes.
Me asalta un impreciso azar
que me obliga a volver,
obstinado,
tras las memorias olvidadas en tus breñas.

A volver me obligas
en busca de lo perdido.
A entregarme a ese empeño
que me lleva,
como a un amante vencido,
a recoger los fragmentos rotos de un encuentro
fugaz
por los atajos de tus veredas,
Covaleda.

Duero Niño

Al nacer naces azul
en los sesteros del invierno,
y bajas sesgando pendientes
para tenderte al sol
en los rasos que pacen al pie del Urbión,
bravío y bello.

Todavía niño escondes cristales de nieve
en tu seno
como peces asustados de piedra y cielo.
Tropiezas, bulles
entre los pedregales de Duruelo;
ramoneas en el verde esmeralda
de los pinares de Covaleda.

Verdinegro y helado
acechas la primavera.
Querencioso barnizas en el estío
siluetas de niños
que perfilan delfines de nata;
ahogas los ojos de los puentes
por el camino de Soria en el tardío
y duermes en invierno.

Compañero del sendero
rezas el sempiterno salmo de musgo y cielo,
de tierra y sueño,
como un loco enamorado de la mar
que no sabe de esperas:
¿A dónde vas ahora?
¡Detente, Duero!

Pastoral

Traigo adheridos los musgos del recuerdo
a las raíces de mis querencias.

No quiero dar tregua
a la vivificante terquedad de la memoria,
aunque a cada asalto vuelva derrotado
a lamerme en silencio las heridas
abiertas por el paso del tiempo.

Ahora que la piel me sabe a pastores y majadas,
me huele a estiércol caliente,
a leche agria, a sendero.
Me suena a risa de arroyos,
a voces y esquilas,
a ecos...

¡Y no quiero acallarlos!

Decía San Juan de la Cruz:
pastores los que fuerdes a las majadas...

Y yo pienso:
¿qué fue de aquellos tiempos?

Ambas cuerdas

El horizonte se quiebra
una y otra vez
sobre oleadas de pinos y piedras.

Y el cielo,
deslomado en valles y barrancos,
acuna al niño Duero
que dormita entre nieves y prados.

A vuelo de águila, caliginosa,
se pierde la vista con asombro
de rincones recién paridos.

Las rocas lunares
marcan huellas de tiempos idos
que gozaron momentos
de piedra virgen.

Ambas Cuerdas les dicen
y son en una
dos espinazos de Cíclope,
dos sueños petrificados,
dos peldaños a la luna.

SONETO

¿Por qué sueñas con el mar, castellano,
si tienes el ancho mar de Castilla?
Mira los campos de mieses: maravilla
de olas doradas ondulando el llano.
Jamás verás un bajel más ufano
que el arado surcando con su quilla
la tierra caliente, madre y semilla
del pan que alcanzamos de su mano.

¡No sueñes más, castellano! El Duero
te sirva de mar; la ilusión, de lona;
y tu reciedumbre antigua, de fuero.
Que ogaño para ser buen marinero
no necesitas de mares lejanos:
¡en tierras de Soria está tu velero!

© Pedro Sanz Lallana 2001
Blog de Pedro Sanz

 

Pedro Sanz 

SUMARIO

SENDEROS IMAGINADOS

Hola, soy Icni, anímate y escríbenosColabora y contacta con nosotros

Los textos  están publicados con permiso expreso de sus autores,  siendo ellos los únicos responsables del contenido. Las fotografías y los textos son  © de los autores. Las direcciones  electrónicas se hacen públicas con permiso de sus autores. No facilitamos ningún dato a terceros.

SENDEROS IMAGINADOS
Páginas creadas y mantenidas por © maruska 2001/Actualizadas el 20 marzo 2023