En mi caso concreto intento comunicar aquellos sentimientos que desde la versatilidad de los hechos expongo para ser leídos. Mis libros - así lo creo- respiran un tratamiento ajustado a la realidad sin apenas impurezas en la exposición. Basados en la singularidad de la vida pretérita, trato de manifestar aquellos aspectos relevantes de la sociedad de otra época cargada de nostalgia, sentimientos y recuerdos que traen en las alforjas de los acontecimientos un mundo sencillamente contrastado, diferente al de hoy. Es como si tratase de llenar un hueco o vacío en el que no deseo que se deposite lodo alguno. Mis libros, que con frecuencia respiran factor humano, no encandilan precisamente por el trato relevante de la textura sino por la función que toma la realidad social.

Por lo que respecta a Cuarto menguante, es un enfoque de la realidad social en tiempos de la posguerra ambientada en el medio rural. Bajo la aparente estructura de una novela de tintes negros, refleja la drástica situación por la que la sociedad de la época se vio obligada a caminar. Una novela capaz de levantar torrentes de odio y de pasión en la esfera de la miseria y del poder que la guerra fue tejiendo. Narra las turbulentas relaciones mantenidas entre dos hermanos y las tremendas consecuencias que de ellas se derivan. En ese mundo de estrecheces aflora la situación económica de las clases oprimidas, en cuyo panorama irrumpe un rico hacendado que comulga con los deseos del placer sexual - que maneja a su antojo- y que exprime hasta límites insospechados aprovechándose de su acomodada condición. La huella del caciquismo, de la opresión, de la miseria, de la necesidad, del odio, de los amoríos... van brotando de sobresalto en sobresalto.

Personalmente considero a Cuarto menguante como mi mejor obra de las hasta ahora publicadas por la trama, la estructura, el enfoque y el desenlace de los hechos."