La
ermita de San Bartolo, antiguo templo del cenobio templario de San Juan de
Otero, en el término soriano de Ucero, siempre me depara nuevas sorpresas
cada vez que intento adentrarme en el simbolismo de sus canecillos, ábside
y estructura arquitectónica, y así volvió s scontecer la última vez que
estuve en el interior de ella, en esta primavera de 1999, acompañando a
otro investigador de los misterios medievales: Juan Eslava Galán.
Había leído algunos libros suyos años atrás,
guardando especial recuerdo de El enigma de la Mesa de Salomón, que
sirvió de fuente de inspiración a Nicolas Wilkox para su best-seller La
lápida templaria, y también había tomado yo apuntes de su ensayo
Los templarios y otros enigmas medievales. Sabía de su Premio Planeta,
en 1987, por La búsqueda del Unicornio, y de su reciente Premio
Lara, de Sevilla, el año pasado, por Señorita. Además es autor de
una treintena de novelas y ensayos.
- Juan Eslava está preparando algo grande - me
comentó por e-mail hace tiempo Juan Sol.
- ¿Y qué es?- pregunté
- Una novela medieval, o mejor dicho, una trilogía, y quiere situar su
primer tomo en San Baudelio de Berlanga y en San Bartolo, por lo que está
preprando un viaje desde Sevilla a Soria ¿Contamos contigo?
- ¡Por supuesto! exclamé.
Y así fue como me encontré inmerso en lo que sería un
fin de semana apasionante desentrañando claves mistéricas y arcanas,
teniendo al lado a Juan Eslava Galán.
Su
compañera, Ángela; Juan Sol y su esposa, Gloria, y una pareja de amigos de
éstos, Luis y Mari Trini, completaron el grupo. Los siete caminamos por el
Cañón de río Lobos en un domingo por la mañana del pasado mes de marzo.
Hacía frío y el viento soplaba con fuerza, pero no importaba porque
sabíamos que íbamos a descubrir algo nuevo y todos estábamos expectantes
por saber qué sería.
Entramos en el interior de la ermita y, con ayuda de una linterna en los
casos que así lo precisaba la falta de luz, fui mostrando a todos ellos lo
que, con el paso de los años, he ido descubriendo e interpretando.
-
Aquí están varias veces representados los graffitis de
cuarteles de ocho radios similares a los que grabaron en Chinon el
último gran maestre templario, Jacques de Molay y sus compañeros
de infortunio, antes de ser quemados en la hoguera ... -les
indiqué al poco de entrar. - Y ahí, en el suelo, veis la losa
con cruz patada en la que algunos posan sus pies desnudos...
- Allí arriba, en ese capitel, veis una cabeza con grandes
orejones, como la que hay en la cima de una columna de la
portada, en la fachada. Dicen los que saben que el discípulo
escucha al maestro y a la voz que surge de su interior. La
enseñanza esotérica o iniciativa es siempre oral. Saber, poder,
atreverse y callar, afirman otros -les dije con cierto aire
misterioso. - En los capiteles del presbiterio hay tréboles, lo que nos
está remitiendo al simbolismo de los tres mundos, de las tres
funciones y del ternario -señalé en otro momento.
- Y allí está la cruz de las Ocho Beatitudes, tan críptica y
esotérica. Al lado hay una figura geométrico que me recuerda
la espina dorsal, similar a la de aquél otro capitel de enfrente
- comenté a la par que confesaba mi desconcierto ante aquella figura.
Fue entonces cuando Juan Eslava Galán observó con detenimiento aquellos
dos capiteles y poco después se volvió a mí con una sonrisa en los
labios.
- ¡Eso es un tabot, Angel!
- ¿El qué.. ?
- ¡Un tabot!
- ¿Y qué diantres es eso?
- ¡Es el Arca de la Alianza!
- ¡Pero, qué me dices!
- Sí, Angel, sí. Esa figura representa al Arca de la Alianza.
Es similar a los tabotat etíopes. En cada iglesia etíope hay
un tabot. No los enseñan, pero con el paso de los siglos
algunos han llegado a museos británicos y se han podido estudiar.
Sin duda, eso que vemos es un tabot.
Tabot y Arca de la Alianza
Para conocer más datos sobre el tabot, Juan
Eslava Galán me recomendó la lectura del libro de Graham Hancock, Símbolo
y señal. En busca del Arca de la Alianza perdida, editada
por Planeta, en 1992. Y tuve la suerte de encontrar esta obra en la
Biblioteca Pública de Soria.
Como había dicho el escritor de Arjona, algunos tabotat (plural de
tabot en etíope) eran conocidos por etnólogos y arqueólogos.
Los británicos trajeron de Abisinia, tras la expedición británica de
Napier a Magdala, en 1867-1868, varios ejemplares que, tras exponerse en el
Museo Británico se encuentran ahora en el Depósito Etnográfico de
Hackney. Se trata, como indica Hancock, de nueve trozos de madera, "cuadrados
unos, otros rectangulares, ninguno de más de dieciocho pulgadas
de largo, y de ancho ni más de tres de grueso", siendo
la mayoría muy simples, "pero todos llevaban alguna
inscripción que reconocí como ge'ez, la antigua lengua litúrgico
de Etiopía", y algunos pocos "tenían también grabadas
cruces y otros emblemas". Las figuras de los capiteles de San
Bartolo, ciertamente, podrían asimilarse a los tabotat etíopes.
Ahora bien, éstos en nada se parecen al Arca de la
Alianza, que era un cofre de acacia, "de dos codos y medio de
larga, uno y medio de ancha y uno y medio de alta, recubierto
de oro puro por dentro y porfuera", seégún el capítulo
37 del Éxodo. ¿Por qué, entonces, los veinte mil sagrarios de los templos
de Etiopía tienen su tabot y le llaman Arca de la Alianza? ¿Y por
qué es tan importante el tabot que, en los rituales de consagración
de estas iglesias ortodoxas etíopes, tras ser consagrado por el Patriarca, "es
instalado con toda pompa en el sagrario y constituye el rasgo
principal de la ceremonia", según el libro The Ethiopian
Orthodox Church?. Algunas iglesias ncluso tenían una docena de
tabotat que utilizaban en diferentes rituales cada uno de ellos, siempre
ocultos con paños de tela a las miradas de los feligreses y clero, excepto
para sus guardianes.
- ¡Ah -pensé- este es un misterio que ni
Spielberg se atrevió a desvelar con su primer Indiana Jones!
¿Los tabotat son réplicas del Arca de la Alianza o de su
contenido, o sea, de las Tablas de lo Diez Mandamientos?
-me pregunté a continuación.
Me sentí complacido al ver que Hancock también se
había planteado la misma pregunta. Así que leí detenidamente lo que
decía, al respecto:
- "... Si todos los tabot eran como
láminas o planchas, también debía de serlo ese objeto
sagrado, lo que significaba que no podía ser el Arca, aunque sí una
de las tablas en las que habían sido escritas los Diez
Mandamientos. Desde luego, los tabot que yo había visto a lo
largo de mis muchos años de relaciones con Etiopía eran siempre
planos y no cajas, unas veces de madera y otras de
piedra".
Los filólogos consideran que la palabra tabot podría
derivarse de la hebrea thebah, que hace referencia a un recipiente
con forma de barco puesto que aparece tal término al referirse al Arca de
Noé y al arca de espadañas en la que el niño Moisés fue recogido por la
hija del faraón. Y curioso es, como advierte Hancock, que en el libro
etíope Kebra Negast, en el que se habla de la leyenda sobre el robo
del Arca de la Alianza por el hijo de Salomón y la Reina de Saba y su
traslado a Abisinia, se describe al Arca de la Alianza como "la
panza de un navío" en cuyo interior se encontraban las tablas de
los Diez Mandamientos. - ¡Hete aquí la posible fuente
iconográfica de los tabotat, planos y con dibujos, asimilable a las figuras
de los dos capiteles de San Bartolo, y como la mentalidad
primitiva suele equiparar la parte por el todo, es correcto que
consideren al tabot como Arca! -deduje, complacido, del hallazgo.
La presencia de caballeros templarios en Abisinia para construir las
impresionantes iglesias excavadas en la roca de la ciudad de RohaLalibala y
buscar el Arca de la Alianza, como propone Hancock, sería la conexión que
explicaría la presencia de los tabotat en los dos capiteles de San
Bartolomé de Ucero.
Reflexiones sobre el Arca
Hancock, en su obra, ha desentrañado el simbolismo
griálico y similitudes existentes entre el Arca de la Alianza bíblica y el
Graal descrito por Wolfram von Eschembach en la más esotérica de las
leyendas griálicas, Parzival, mas no estoy de acuerdo en su
suposición de que Wolfram se inspiró directamente en la leyenda medieval
etíope sobre el Arca de la Alianza y la anterior narración bíblica para
definir su singular Graal (tal es el nombre del Grial en Eschembach)
que es una piedra, y no un cáliz. En todas las tradiciones ha existido el
símbolo del Grial, y la judía del Antiguo Testamento no podía ser una
excepción (por otro lado el arca y el vaso griálico son equiparables en
muchos aspectos). Pero en la Biblia, antes del Arca de la Alianza existió
otra, la de Noé, surgida igualmente de otro pacto compromiso mutuo entre y
el hombre y Yaveh, que tuvo como refrendo al arco iris colocado por Jehovah
al término del Diluvio Universal.
Los templarios, con estos tabotat de San Bartolo, ¿no
estarán acaso haciendo igualmente referencia a este Arca de Noé Thebah
de Noah? ¿Y qué simbolismo tiene esta Thebah?. Llegado a
este punto recurrí a René Guénon para comprender el secreto del
esoterismo del Arca. Cogí El Rey del Mundo y leí:
- El Arca del Diluvio es todavía una
representación del Centro Supremo, considerado especialmente en tanto
asegura la conservación de la Tradición, en el estado de cierto
ocultamiento, en el período transitorio que es como el intervalo de
dos ciclos y que está señalado por un cataclismo cósmico
que destruye el estado anterior del mundo para dar lugar a
uno nuevo... Este estado es asimilable al que representa
para el comienzo de un ciclo el "Huevo del Mundo",
que contiene en germen todas las posibilidades que se desarrollarán
en el curso del ciclo; el Arca contiene asimismo todos los
elementos que servirán para la restauración del mundo y que son
así los orígenes de su estado futuro ".
Guénon sugiere que, en el caso concreto del diluvio
universal de la Biblia, se hace referencia posiblemente a la destrucción de
la Atlántida, y consiguientemente -añado yo- al posterior inicio de lo que
Hesíodo llamaba Edad del Hierro y el hinduismo Kali Yuga, en
cuya fase final nos encontraríamos.
Si es cierto, como indican Guénon y otros ilustres investigadores del
esoterismo tradicional, que la Orden del Temple actuaba como canal de
transmisión del Centro Supremo de la Tradición Primordial con
Occidente, y era al mismo tiempo el mediador entre ambos y custodiaba el
Grial, parece claro que el Círculo Iniciático templario conocería
la doctrina de los ciclos históricos (manvantaras, yugas ... ) y el
relato platónico de la Atlántida. Y si ellos,eran depositarios y custodios
del Conocimiento, de la Tradición, ¡entonces la Orden del Temple cumplía
la función del Arca, metafóricamente hablando!. No olvidemos, al respecto,
que el Arca de la Alianza contiene los Diez Mandamientos (la esencia de la Tora),
la "ley", el "dharma".
Asimismo,
en los capiteles (o sea, "la cabeza" de la columna) de San
Bartolo la representación esquemática de los tabotat está
rematada por una cabeza o un elemento esferoide, que podría ser asimismo un
símbolo de ese Centro Supremo, en tanto en cuanto la cabeza es considerada
como "principio rector" del ser humano y sede del espíritu.
Por otro lado, la coronilla del cráneo es un símbolo de la esotérica
"Puerta Solar", pues representa al chackra Sahasrara,
"el punto donde termina la 'arteria coronal' sutil o
'sushumna', que está en la prolongación directa del rayo
solar llamado análogamente sushumna", y que, inclusive, no es
en realidad, al menos virtualmente, sino su porción axial,
'intrahumana', si es dado expresarse así", desvela René
Guénon en su libro Símbolos Fundamentales de la Ciencia Sagrada.
"Este punto es el orificio llamado 'Brahma-randhra, por
el cual escapa el espíritu del ser en vías de liberación,
cuando se han roto los vínculos que lo unían al compuesto corpóreo y
psíquico humano", concluye.
Estas explicaciones de Guénon hacen que mi
"visión" de lo que yo creía representaciones de la "columna
vertebral" esotérica en lo que, a partir del encuentro con Juan Eslava
Galán llamaré tabot, se unifiquen y complementen al mismo tiempo,
puesto que, partiendo del esoterimo, es precisamente en esa "columna
vertebral" donde tiene lugar la "transformación"
psíquico-espiritual del iniciado, a medida que se van "despertando los
chakras" o "centros de conciencia" existente en ella,
de ahí que tal "columna vertebral sutil" actúa como Arca,
depositaria y guardiana de las "semillas" del virtual desarrollo
iniciático del individuo que se encuentra en el Camino. Y si tenemos en
cuenta que el Diluvio Universal con lo que ello conlleva (final de un ciclo
e inicio de otro) tiene perfecta homologación simbólica, en el plano
humano, con la muerte al mundo profano y renacimiento al mundo
arquetípico-numinoso-sacro de la iniciación efectiva, todo lo que hemos
venido explicando anteriormente adquiere un mayor sentido y profundidad.
Esta equiparación que hago entre el Arca y la esencia transformadora del
ser humano simbolizada en la columna vertebral esotérica, la veo respaldada
cuando Jean Chevalier y Alain Gheerbrant me dicen que diversos apologistas
judíos y cristianos encontraron relaciones simbólicas entre las
dimensiones del Arca de Noé y de la Alianza con el cuerpo humano realizando
exégesis en sentido físico y místico.
Asimismo se habla entre los místicos del "arca del corazón", y
bien sabemos que, en el esoterismo, el "corazón" es el contendor
de la "semilla de la inmortalidad" y de la "chispa
divina", el Sí-Mismo. Es así como San Bernardo de Claraval, protector
e impulsor del Temple, precisamente en su alabanza a esta Orden (De laude
novae militae) "habla de la tierra buena y excelente que recibe en su
seno la simiente celeste contenida en el arca del corazón del Padre".
Astrología
Los nuevos descubrimientos no se detuvieron aquí.
Constatamos en dos bases de las columnas que la enigmática forma circular
que había en sus bases se trataba de una planta, aunque todavía no hemos
descubierto de qué especie se trata. Igualmente, en una de las ventanas del
presbiterio hallamos una singular marca de cantería.
- Seguramente se trata de la representación de una
constelación- sugirió Juan Eslava Galán.
Inmediatamente recordé un artículo publicado en Mundo
Desconocido, en 1972, escrito por Manuel Nonídez García y Miguel Ángel
Salinas, en el que conectaban astrológicamente el enclave de San Bartolo y
su entorno soriano-burgalés con las constelaciones de Sagitta
(Flecha) y Cignus (Cisne).
No me he sumergido todavía en el estudio de la extraña marca de cantería
pero es muy probable que la suposición de Eslava Galán sea cierta y nos
hallemos ante una constelación...
Prometo indagarlo en esta primavera y resolver tal
enigma. Pero esa es otra historia.