La huella de los
pasos (Un recorrido literario)
Antonio
Ruiz Vega
Edita: Ayuntamiento
de Calatañazor
SORIA 2002
Este
"soriano de verdad, soriano hasta la empuñadura del alma", como dice
Sánchez Dragó en el prólogo del libro, que es Antonio Ruiz Vega, ha hecho
un recorrido literario, ha seguido la huella de los pasos de aquello que,
desde el Venerable Palafox hasta el novísimo Jorge Larena, han dejado
escrito de esa singular villa que es Calatañazor. Es en este campo de la
Literatura donde Ruiz Vega se mueve mejor. Su familiaridad con los libros,
no exenta de profundo respeto, le hace moverse por las líneas y entre
ellas, con la misma soltura que los personajes de "La saga-fuga de JB", de
Torrente Ballester –uno de sus libros de cabecera- se mueven entre las
empanadas de lamprea. Por eso sabe como nadie quiénes y qué se ha dicho
sobre esta provincia de Soria, la suya, con la que mantiene una relación
en la que cabe el amor, la dialéctica, el cabreo, la ternura y, a veces,
la impotencia de no poder hacer nada contra la estulticia de gobernantes y
algunos habitantes, empeñados en hacer de ella un lugar insulso y
homologado, ignorando sus raíces y dándole una manita de barniz
cosmopolita que se descascarilla a cada paso, afeándola y mutilándola.
Ruiz Vega dice "Les hemos convocado –a los que
escribieron sobre Calatañazor- y han acudido". Por las páginas del libro
pasan, además de Palafox y Larena ya mencionados, José Tudela y su
reportaje publicado en la prensa provincial de los años veinte, donde hace
una descripción de la villa y sus edificios. No nos atrevemos a escribir
monumentos, pues Calatañazor conserva el encanto de su pobre medievalismo,
sus casas de adobe, su calle empedrada, y una hermosa iglesia, acogedora,
pero no monumental. Gervasio Manrique, Ezequiel Solana, Teodoro Rubio,
Gerardo Diego, Gómez de la Serna, Gaya Nuño, Julián Marías, Heliodoro
Carpintero, Kurt Schindler, Blas Taracena, Ferrer Vidal, Emilio Ruiz,
Ramón Carnicer, Dionisio Ridruejo, Flor Ortíz, Delfín Hernández, Avelino
Hernández, Josep Marìa Espinàs, Isabel Goig, Sáenz Díez, García
Valenciano, Lorenzo Soler y Pérez Rioja, buen número de sorianos los que
desfilan por las páginas. De Calatañazor no se ha escrito en profundidad y
con detenimiento –no me refiero a guías turísticas, sino a una historia
seria basada en documentos- pero sí en cantidad, pues todo el que ha
pasado por este lugar ha quedado tan impresionado, que se ha visto en la
necesidad de plasmar esa impresión en papel o en lienzo.
Y de lienzos vamos a escribir ahora, pues a Ruiz Vega se le ha unido en
este proyecto Lorenzo Soler. Él, acostumbrado a la cámara de director de
cine, al pincel y al lienzo, a la poesía y a todo lo que signifique mirar la
vida y las cosas desde dentro, obviando lo superficial y fijándose en lo
otro, ha tomado plumilla y papel y ha plasmado una parte de Calatañazor en
diez láminas, colocadas en un sobre y aparte del cuerpo general del libro,
con muy buen acierto. La chimenea cónica, el castillo, la vieja casa de
adobe y madera, paisajes, los roquedales, el árbol desnudo..., sin cuerpos,
pero dibujos con alma, con las almas de todos los que fueron y por allí
pasaron dejando la huella de los pasos.
©
Isabel Goig
Introducción
de Calatañazor y dibujos de Lorenzo Soler
COMENTARIOS |