entrevista
Leopoldo
Torre y García
A Leopoldo Torre no lo conocemos personalmente, pero
cuando lo hagamos prometo hacer una semblaza de él más acorde con la
gratitud que le debemos en éste último año de nuestra andadura en la
red. De manera absolutamente generosa (como todos nuestros estimados
Colaboradores, que nunca me cansaré de escribir en mayúsculas) nos ha
regalado espléndidos trabajos de etnología y un impagable vocabulario de
su pueblo Quintanilla de Tres Barrios. Pero a Leopoldo ya lo conocíamos
a través de sus libros y artículos que publicamos en nuestro web por su
calidad de contenido.
Con
realismo y un lenguaje seco, depurado y a veces regado con esa ternura
propia de las gentes de la tierra del vino, nos ha retratado un paisaje
roturado y sembrado con el esfuerzo animal, los sentimientos humanos y
la nieve de los largos inviernos sorianos.
Aquí hemos recogido las reseñas de tres de sus libros
Albarcas para el camino, Cuarto menguante y Ecos rurales
pero también ha colaborado entre otras publicaciones, en libros
colectivos como Por los ríos de Soria y Casos y cosas de Soria,
en la revista de etnografía Revista de Folklore,
en ABANCO y en Heraldo de Soria.
Tantos años viviendo lejos de Soria.
¿Es verdad eso de que, la distancia
agranda y embellece en la memoria los pueblos de la infancia?
La nostalgia permanece flotando y refuerza los sentimientos de
aquellos que la padecen. Cuando te falta lo que
tanto añoras estás abocado al ilusionismo, donde el corazón te lleva.
¿Tú también crees, como
otros, que en Soria se educó muy bien a los hijos,
pero de forma poco práctica para que continuaran viviendo en la
provincia?
No es la intención que se inculca la que prevalece sino la necesidad que
marca el destino. En Soria seguimos errando en oportunidades y el camino
está servido. A pesar de ello, para mí salir del
terruño significó un abandono familiar. Hay
predilecciones que pueden marcarte para siempre.
¿Volverías a vivir en
Soria si se dieran las condiciones necesarias?
Cito a Pitágoras: "No abandones tu país, pero si
lo haces nunca regreses". El buey pace donde se hace, no donde nace. En
cualquier caso nada supondría cambiar el orden de la preferencia.
Tu trabajo sobre Soria es prolífico,
¿cómo ha sido recibido?
Con cierta indiferencia, sin apenas pros ni contras. En cierto modo ha
pasado desapercibido de la mirada crítica, algo que nunca se sabe a
ciencia cierta si resulta positivo o negativo.
Dicen
que la literatura de ámbito rural pierde lectores, ¿cómo
fue tu experiencia con Ecos rurales y Albarcas
para el camino?
Nos hemos vuelto muy finolis. Escribir sobre lo rural es limitar el
ámbito y las posibilidades de salir airoso. Cuando escribes para un
reducto te expones a la sobreexposición de unos temas que pueden llegar
a resultar manidos. En cualquier caso ambos libros han sido mejor
aceptados que la novela, por ejemplo.
¿Como reacciona la
gente al verse retratada, a veces de manera cruda y
real?. Ésta pregunta viene
a colación porque algún autor soriano tuvo problemas con
su libro en su propio pueblo, en concreto nos
referimos a La casa del corazón, de Manuel Villarraso,
¿te ha pasado algo similar
con los tuyos?
A
pesar de lo que alguien pueda pensar, las publicaciones han de reflejar
la cruda realidad. Nunca he tenido ningún encontronazo al respecto,
aunque sé de gente que no se ha atrevido a llamar a las cosas por su
nombre por temor a represalias. En cualquier caso todas estas cosas son
producto de la inmadurez.
¿Y tus artículos en la prensa?
Eso es harina de otro costal. Aquí sí que en ocasiones han levantado
cierta polvareda pero sin que los discrepantes nunca hayan tenido la
valentía de decírmelo personalmente.
El
extenso vocabulario que tienes recogido, y publicado en nuestra web,
¿es fruto sólo de tus
recuerdos, o hay colaboraciones y trabajo de
campo.?
La recopilación del vocabulario es fruto de lo que granito a granito he
ido acumulando. No hay ni colaboración ni apenas trabajo de campo. Ahora
bien, a mí de siempre me ha complacido infiltrarme en el típico corrillo
de mujeres y apuntar lo que me llamaba la atención. Material que a la
postre he ido utlizando para confeccionar mis escritos. En cualquier
caso el vocabulario es bastante más extenso que el publicado aquí y
buena parte procede del recuerdo de mi juventud.
Naciste en tierra de vino, ¿es
muy diferente el campesino del vino del de
cereal?
El campesino viejo siempre ha sido docto en conocimientos del medio
natural y de sus posibilidades. Sus raíces son de vieja cepa y lo mismo
conoce la doctrina de la poda que el tratamiento del cereal. El
campesino de mis recuerdos fue hijo de la tierra y conocía todos sus
secretos.
¿Cómo ven los catalanes
a los sorianos?
Con mejor concepto que el que los sorianos tenemos de ellos. Sin llegar
a generalizar, no suele caer en apreciaciones.
¿Y los sorianos a los
catalanes?
Dejándonos llevar fácilmente por el fanatismo y no sabiendo diferenciar
entre el valor humano y los sentimientos exacerbados.
¿Cómo crees que se
solucionaría el problema de la despoblación en Soria?
La despoblación es la fibra óptica de mis comentarios, de mis artículos,
la que más me sensibiliza y me preocupa. No existe una solución mágica
para atajar el problema. Habría que comenzar por sensibilizarnos los
propios sorianos, cosa que dudo que lo tomemos en serio. En parte se
solucionaría con una decidida actuación política que pusiera todo su
empeño y dedicación en relanzar el futuro de esta provincia, algo que no
hacen. Tiene difícil solución.
¿Cómo se debería apoyar
la cultura en Soria, y/o la cultura soriana?
Evidentemente desde las altas esferas: instituciones y organismos
competentes. Pero aquí somos tan pobres que ni siquiera podemos dar las
gracias. En cualquier caso la cultura en Soria, aunque no goza de mala
salud, está viciada. Falta asociacionismo, sin intereses creados, y ello
supondría una mayor fuerza y un mejor reconocimiento. Evidentemente
faltan medios para potenciar la creatividad y lo que sale a la luz es
gracias al énfasis de ponen determinados grupos o asociaciones.
Celia Duañez
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